27/Sep/05
Extraído de http://axxon.com.ar/c-Noticias.htm Oesterheld intenta recuperarcasa usurpada por represor
"El 26 de julio de 1976, según datos de testigos locales, el represor Albornoz me secuestró cuando estaba con mi mamá, en la casa en la que vivíamos en San Miguel" [de Tucumán],detalló Fernando Araldi, nieto del escritor.
(Gacetilla) Fernando Araldi, nieto de Héctor Germán Oesterheld, el creador del célebre comic El Eternauta, desaparecido durante la dictadura militar, intentará recuperar por vía judicial una casa que asegura fue usurpada a sus padres en Tucumán por el mismo represor que lo secuestró junto a su madre embarazada en 1976.
"La semana pasada viajé a San Miguel de Tucumán y acusé al represor que me secuestró y se quedó con nuestra casa, todo esto con el objetivo de poder recuperarla y encarcelar a quienes sean responsables",al mismo tiempo, el nieto de Héctor Oesterheld intenta recuperar a su hermano o hermana, un año y medio menor que él, quien nació en cautiverio mientras su madre se encontraba secuestrada en un campo clandestino y fue apropiado por los grupos represivos. Fernando, quien declaró el viernes pasado ante el Juzgado Federal número 1 de Tucumán, a cargo del juez Jorge Parache, acusó al ex jefe del Servivio de Inteligencia Confidencial (SIC) de la policía provincial, Roberto Albornoz, alias el "Tuerto", de ser quien secuestró a su madre embarazada y a él, y luego usurpó la vivienda.
"El 26 de julio de 1976, según datos de testigos locales, el represor Albornoz me secuestró cuando estaba con mi mamá —ella embarazada de seis meses—, de la casa en la que vivíamos en San Miguel", detalló Araldi.
"Mi mamá logró escapar pero finalmente fue secuestrada el 7 de agosto del mismo año también en Tucumán y trasladada luego a Campo de Mayo, en Buenos Aires, donde dio a luz", contó el nieto de Oesterheld, quien además de querer recuperar su casa intenta afanosamente encontrar a su hermano, cuyo sexo desconoce.
Fernando, que tenía poco más de un año de edad en aquel momento, fue entregado por la policía a la Casa Cuna tucumana como NN, de donde fue rescatado luego de un mes por sus abuelos paternos, quienes lo llevaron a la ciudad bonaerense de Pergamino, donde creció.
Araldi relató también que a su papá, el "Pocho", como lo llamaban sus compañeros, "lo mataron en la frontera entre Tucumán y Catamarca, en agosto de 1977, cuando tenía 30 años. Luego su cuerpo fue llevado a la Jefatura Policial de San Miguel y nunca más se supo de él".
"El robo de bebés y la expropiación de bienes son crímenes de lesa humanidad que las nefastas leyes de Obediencia Debida y Punto Final, felizmente derogadas, nunca ampararon", remarcó el nieto de Oesterheld, el reconocido guionista secuestrado y desaparecido al igual qâ"sus cuatro hijas durante la última dictadura militar, todos ellos militantes de Montoneros.
El secuestro y desaparición de Diana Oesterheld fue denunciado por la Asamblea Permanente de Derechos Humanos y corresponde al legajo 3145 de la CONADEP, lo que implica que fue denunciado en 1984 y presentado en el juicio a la Junta de 1985.
Su hijo declaró en el marco de una causa iniciada por la comisión de "Familiares de Desaparecidos" de Tucumán (expediente 1442). El viernes 16, Araldi también se presentó en Tucumán ante el fiscal federal Emilio Ferrer como víctima de secuestro y denunció el rapto y la desaparición de sus padres y de su hermano y la apropiación de la casa en la que vivía.
"Sólo quedó su esposa, mi primo y yo: somos una familia ca3i extinguida", consideró.
En ese sentido, reflexionó: "creo que después de la reacción popular de diciembre de 2001 resurgió la figura del profético El Eternauta, porque mi abuelo bien lo dijo al principio de la obra, antes de encarar la historieta".
En el prólogo de El Eternauta (1957), Oesterheld escribió: "El héroe verdadero del Eternauta es el hérce colectivo, un grupo humano. Refleja así mi sentir íntimo: el único héroe válido es el héroe en grupo, nunca el héroe individual, el héroe solo".
"Pero mi abuela Elsa (la esposa de Oesterheld), después de todo lo que vivió ya no quiere saber más sobre los detalles de sus seres queridos que ya no están", dijo Araldi, y se preguntó: "¿para qué?, si sus hijas están muertas, su marido está muerto, tiene dos nietos, pero otros dos que no se sabe dónde están". "Aunque ella sí quiere que esta causa por la casa de Tucumán también sirva para recuperar a los dos chicos que están extraviados", aseguró.
"Yo la entiendo. Tiene 80 años y ya dijo basta. Pero a mi sí me sirve: si bien los datos son a veces macabros y muy fuertes de deglutir, lo prefiero, porque quiero saber, aunque sea demasiado, porque si no está todo en el aire", agregó.
"Por eso, para mí y para los hijos de desaparecidos es muy importante que gente que estuvo con ellos, con quienes militaron juntos y sobrevivieron, estén abiertos a contarnos todo, porque si no se nos hace vacío enorme", reclamó.
La primera en desaparecer de la familia Oesterheld fue Beatriz, secuestrada y asesinada en junio de 1976, a los 19 años. Su cadáver fue entregado a su madre al mes. Fue la única hija que pudo sepultar Elsa.
El mismo año secuestraron en Tucumán a Diana, de 23 años. El secuestro de Héctor Germán Oesterheld fue en la Plata, el 27 de abril de 1977. Fue visto en Campo de Mayo, también en El Vesubio -una cárcel clandestina de La Tablada-, y en un sector de la subcomisaría de Villa lnsuperable conocido como "Sheraton".
Se cree que lo asesinaron en la ciudad bonaerense de Mercedes.
En agosto de 1977 murió en Tucumán el padre de Fernando Araldi, Raúl. El 14 de diciembre de ese año, dos uniformados tocaron el timbre de la casa de Elsa Sánchez de Oesterheld y le entregaron a Martín, su nieto de tres años. Lo habían secuestrado después de matar a su madre, Estela Oesterheld, de 24 años, y a su padre, Raúl Mórtola, en la localidad bonaerense de Longchamps.
En la misma época, Marina, la menor de las hermanas Oesterheld, de 18 años, desapareció en Buenos Aires embarazada de ocho meses.
Se cree que Diana y Marina Oesterheld dieron a luz en Campo de Mayo. Esos hechos están incluidos en una causa que se inició en 1999 por una denuncia de Abuelas de Plaza de Mayo, que investiga la existencia de un plan sistemático para la apropiación de bebés de padres desaparecidos, nacidos en cautiverio.